Cada vez que aparece en las noticias "la empresa se ha gastado 100 millones en rediseñar su logotipo", se desata una tormenta en las redes sociales. Un comentarista ficticio, Peter, con un avatar de ingeniero eléctrico, pasa al ataque: "¡Te lo puedo hacer en Photoshop en media hora!". Y Vasya probablemente lo haga, pero sólo un logotipo. Pero algo por lo que las empresas pagan millones es una operación completamente distinta.

Cambio del logotipo de Google en mayo de 2025. Ilustración: gagadget
Porque en el mundo de las grandes marcas, un logotipo es sólo la punta del iceberg. Bajo el agua, hay estrategia, investigación, miles de personas, honorarios legales, interfaces cambiadas, oficinas rediseñadas, carteles repintados, envases actualizados y años de preparación para que el convencional "Amazon sonriente" no parezca algo ajeno a todo aquello por lo que vive la compañía.

Cambio del logotipo de Amazon en mayo de 2025. Ilustración: gagadget
Una marca no es una imagen. Es una reputación en números
Intentemos desglosarlo. En 2025, Google cambió su logotipo; en un sentido técnico, fue realmente un rediseño "gratuito", porque se hizo internamente. Pero aquí está la balanza: actualizar la interfaz del correo, los mapas, Android, YouTube, Chrome y docenas de otros servicios, además de todas las oficinas, presentaciones, muros, insignias, vídeos, publicidad... Todo esto forma parte de la nueva identidad. Y cuesta millones.
Amazon fue aún más lejos. En 18 meses, en colaboración con la agencia Koto, la empresa ha actualizado no sólo su "sonrisa", sino también el lenguaje visual de 50 submarcas en 15 países. Con nuevas fuentes, paletas, iconografía e incluso logotipos en camiones y en carreras de Fórmula 1. Y sí, también son millones. Y sí, también tenía sentido, porque la marca Amazon había quedado destrozada por el rápido crecimiento y necesitaba recomponerse.
¿De dónde viene esta suma cósmica?
Es sencillo: una marca no es solo un logotipo. Lo es:
- Estrategia e investigación: docenas de entrevistas, sondeos de opinión, análisis de la competencia, auditorías globales. Para los gigantes, esto supone entre 500.000 y 3.000.000 de dólares.
- Creatividad e identidad: de 100.000 a 500.000 dólares para un sistema de diseño, fuentes, directrices. A veces es más.
- Implementación - actualización de sitios web, aplicaciones, publicidad, envases, coches, ropa, señalización. Esto puede costar 10.000.000 $ o más.
- Los costes legales -registro de marcas, apoyo jurídico- son otros cientos de miles.
- Lanzamiento: relaciones públicas, publicidad, eventos. Si no explicas la marca, nadie la entenderá.
¿Está justificado?
Si se hace bien, sí. En un mundo en el que el 90% del valor de una empresa son activos intangibles (es decir, marca, confianza, lealtad, asociaciones), invertir en reputación es un juego estratégico. Una buena marca vende más, contrata más fácilmente y tiene múltiplos más altos. Incluso sobrevive mejor a las crisis.
El rebranding mal hecho es otra historia. Gap gastó 100 millones de dólares en retirar su logotipo en una semana tras el enfado de los usuarios.
Pepsi actualizó su identidad por mil millones (¡!), lo que luego fue criticado en la comunidad profesional. Y las ventas de los 9 primeros meses de 20008 cayeron un 6,6%. Así que el principal problema no es el precio, sino la adecuación.
Conclusión.
El rediseño de un logotipo siempre es motivo de memes. Pero en realidad es mucho más que eso: es un cambio en el posicionamiento, la filosofía, la apariencia y la voz de la empresa. Y si piensas que "es caro", recuerda cuánto cuesta la pérdida de confianza. Y piensa en cómo sería el mundo si Google siguiera teniendo su tipografía infantil y adolescente de los años 2000.
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